Los seres humanos tendemos a la bondad, eso no quiere decir que todas nuestras acciones sean correctas, que seamos impecables y buenos al 100%. Pero sí que observo esta tendencia, esa búsqueda de la bondad.
Me explicaré: Después de una crisis personal y un largo proceso de autoconocimiento y trabajo terapéutico, apareció en mí el deseo y la necesidad de acompañar a personas que, como yo, habían perdido el rumbo, el sentido…
En estos últimos 20 años he acompañado a centenares de personas en procesos de coaching ejecutivo, personal y también en estancias en el desierto. En base a mi propia experiencia y bagaje profesional quiero compartirte algunas reflexiones:
Y así nos convertimos en “víctimas”, “perpetradores”, personas “tóxicas” y “antisociales”… estableciendo relaciones familiares, de pareja, de amistad o profesionales donde la queja, el victimismo, la vergüenza, la ambición desmesurada, la envidia, la gula, la rigidez, el orgullo, la vanidad, el aislamiento, el miedo, la agresividad… se convierten en nuestro escudo protector.
En 11 años acompañando personas en caravanas al desierto facilito y observo el proceso de:
Una persona que da espacio a su dolor también está en contacto con su parte más luminosa, más bondadosa… y su mirada hacia el mundo, hacia la familia, la pareja o la profesión cambia de manera que nos sentimos interpelados a ser parte activa del bienestar propio y del de los demás.
Algunxs de mis clientes sienten la necesidad de compartir su experiencia y creé un apartado de testimonios que puedes ver si haces clic aquí.
Abrir el corazón no requiere ningún esfuerzo. El esfuerzo se requiere para mantenerlo cerrado.
Si estas palabras te conmovieron, si entraron en ti… significa que estás listx para “atravesar el desierto, tu desierto”.
Òscar Boule, creador de Caravana hacia el interior
Naturaleza, silencio, encuentro.