Nos encontramos ante un trauma colectivo. La pandemia lo ha causado, del mismo modo que lo han hecho a lo largo de la historia otros sucesos de gran dureza, como guerras, ataques terroristas y catástrofes naturales.
Todos estos acontecimientos suelen darse de manera cíclica y suelen dejar un trauma en la sociedad, que puede tardar años en desaparecer o no hacerlo nunca, modificando, además, en la mayoría de los casos, todo el tejido de una comunidad (Erikson, 1976).
Una crisis existencial que nos afecta como sociedad y a nivel individual. Ponemos en duda formas de hacer y de ser, que hasta ahora dábamos por válidas. Experimentamos, como individuos, síntomas como la desmotivación, la sensación de no tener control sobre nada, el agotamiento físico, cambios de humor, etc., según un estudio realizado por la Universidad de Twende, en los Países Bajos (2017).
En concreto, la COVID19 ha cambiado nuestra forma de relacionarnos, dando a paso a una forma de comunicarnos inhumana: marcada por el uso de mascarillas, la falta de contacto corporal por el miedo al contagio y el teletrabajo, donde ya no podemos mirarnos a los ojos.
Además, como explica Byung-Chul Han* , autor del libro “La desaparición de los rituales”, “el virus ha acelerado la desaparición de los rituales y la erosión de la comunidad”. Es decir, “la pérdida de estructuras temporales fijas, que dan estabilidad a la vida”.
Cualquier trauma colectivo no se cura solo con el tiempo, sino que requiere transitar por un duelo, asimilando así todo aquello perdido: seres queridos que han fallecido, un puesto de trabajo, la estabilidad que antes teníamos, una forma de vida que ya no es útil…
En estas circunstancias, crear espacios donde poder escucharnos, a la vez que compartir en grupo lo que estamos sintiendo y atravesando, puede resultar de gran ayuda.
Por ello, mi propuesta para ti en estos tiempos de pandemia es la siguiente: desierto, silencio y encuentro. Hay muchas otras opciones, pero todas pasan por parar, tomar consciencia y dar un espacio a aquello que necesita ser atendido en ti.
Conozco y he estado en la naturaleza en muchas de sus diversas formas, y cuando estuve por primera vez en el desierto (2010) comprendí eso de “atravesar el desierto”.
El viaje al desierto que te propongo sugiere volver la mirada hacia adentro, hacer una pausa. Propone escucha y compartir desde la presencia. Todo, en caravana al ritmo de los camellos, al ritmo del día y la noche, en un desierto lleno de nada y vacío de distracciones.
Te invito a poner mirada a aquello que la pandemia haya despertado en ti. Las próximas salidas al desierto serán en:
Consulta todos los detalles del viaje aquí.
¡Te espero en un viaje que será transformador!
Òscar Boule, creador de Caravana Hacia el Interior
Fuentes:
*Byung-Chul Han. Filósofo y ensayista surcoreano, imparte clases en la Universidad de las Artes de Berlín. Es autor, entre otros libros, de ‘La sociedad del cansancio’ y ‘Caras de la muerte’ (Herder, 2020). Publicado en: El País
El trauma colectivo: cuando una sociedad siente el mismo dolor, lamenteesmaravillosa.com.
Naturaleza, silencio, encuentro.